Crecí con cuatro hermanas mayores que tienen distintos niveles de compromiso con el fútbol.

Solo la he visto participar voluntariamente en una discusión sobre fútbol una vez.

Lo recogí y era Kim.

 

El público en general no entendía por qué los fanáticos del Arsenal lo tenían en tan alta estima.

Es una sensación muy satisfactoria cuando el país aprieta contra su pecho a uno de tus jugadores y tú, efectivamente, puedes decirles a todos que tenías razón sobre ellos todo el tiempo.

Mi compañero de piso, Will, conocía lo que hacía y estuvo cerca de una carrera futbolística profesional (incluso habiendo tomado la ruta académica en lugar de la ruta YTS disponible para él, continuó jugando en los niveles noveno y décimo hasta sus inicios).

Discutí con él a menudo sobre eso.

Sin embargo, “compartir” “tus” jugadores con el país también tiene muchas desventajas.

Estaba en un examen de inglés de tres horas durante ese juego.

“2-1 Brasil”, susurró.

Los torneos internacionales atraen a un amplio sector de público.

Es una mezcla problemática cuando las cosas van mal.

Curiosamente, experimenté algo similar pero de forma remota durante la Copa del Mundo de 2018.

Cuando se trata de Copas Mundiales y el discurso popular en torno a ellas, Inglaterra es un oasis de serenidad en comparación con Brasil, con 210 millones de personas, muchas de las cuales consideran el récord de Brasil en la Copa Mundial como una gran parte de su identidad patriótica.

Y todo el país está emocionalmente involucrado.

Gabriel Jesús no marcó en el Mundial de 2018 y Brasil cayó en cuartos de final ante Bélgica.

Sabía que su hasta entonces explosiva asociación con Neymar se había visto comprometida porque este último se había vuelto rebelde e intentaba ganar partidos él solo.

Jesús sufrió gran parte de las consecuencias de ese torneo.

Inglaterra llegó a las semifinales de la Copa Mundial de 2018 y ese verano fue el momento en el que me sentí más conectado con un equipo de Inglaterra desde 1996. Esto se debió en parte a que Southgate parecía estar construyendo algo en lo que finalmente me sentí capaz de invertir.

Me resultó más fácil relajarme e invertir en Inglaterra como un equipo por derecho propio.

Y así, en este torneo, he vuelto a ese nerviosismo en torno a los partidos de Inglaterra.

Porque yo también soy precioso y estúpido y atormentado por mis propios prejuicios de club, porque soy incapaz de desconectarme del ruido.

La publicación Compartir es cuidar apareció por primera vez en Arseblog… un blog del Arsenal.